Un hábil hacker de San Francisco fue condenado el 12 de febrero de este año a 13 años de prisión por el robo de casi dos millones de números de tarjetas de crédito a bancos, empresas y otros hackers , siendo esta la pena más larga para un hacker en la historia de EE.UU.
A Max Ray Vision, de 37 años, también se le ordenó pagar $ 27,5 millones en restitución y a cinco años bajo control judicial después de su liberación, periodo durante el cual le estará permitido el uso de los ordenadores sólo para el empleo legítimo o la educación.
Visión, que cambió su nombre de Max Butler, poco antes de su detención, mantuvo un foro en línea para miles de ladrones de identidad llamado CardersMarket, donde vendía datos de tarjetas de crédito de banda magnética por cerca de $ 20 por tarjeta. Fue capturado con 1,8 millones de números de tarjetas de crédito robadas que pertenecen a un millar de diferentes bancos, que contaron los cargos fraudulentos en las tarjetas de $ 86,4 millones.
El FBI lo detuvo en septiembre de 2007 en un apartamento que utilizan como base para hacking. Cuando los federales confiscaron la computadora, se encontraron cinco terabytes de datos cifrados, que eventualmente fueron crackeados por expertos en Informática de Carnegie Mellon University.
A Max Ray Vision, de 37 años, también se le ordenó pagar $ 27,5 millones en restitución y a cinco años bajo control judicial después de su liberación, periodo durante el cual le estará permitido el uso de los ordenadores sólo para el empleo legítimo o la educación.
Visión, que cambió su nombre de Max Butler, poco antes de su detención, mantuvo un foro en línea para miles de ladrones de identidad llamado CardersMarket, donde vendía datos de tarjetas de crédito de banda magnética por cerca de $ 20 por tarjeta. Fue capturado con 1,8 millones de números de tarjetas de crédito robadas que pertenecen a un millar de diferentes bancos, que contaron los cargos fraudulentos en las tarjetas de $ 86,4 millones.
El FBI lo detuvo en septiembre de 2007 en un apartamento que utilizan como base para hacking. Cuando los federales confiscaron la computadora, se encontraron cinco terabytes de datos cifrados, que eventualmente fueron crackeados por expertos en Informática de Carnegie Mellon University.
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